Desde que falleció mi compañero José Luís Domínguez Iborra en aquel desgraciado accidente en la madrugada del pasado 11 de julio, no he tenido fuerzas para dedicarle unas palabras en su memoria. No he publicado nada desde entonces. Lo primero que escribiese tenía que ser en su recuerdo y no tuve ánimo hasta ahora, hemos sentido mucho su pérdida.
No deseo hacer aquí referencia al profesional, porque ya a estas alturas se ha publicado bastante sobre él y todo el mundo sabe que fue el número uno. No creo que nadie haya realizado más operaciones que José Luís. Me refiero a operaciones reales, en la práctica, no desde los despachos.
Me
quedo con el ser humano, con la extraordinaria persona que era. Yo disfrutaba
con su amistad, y cuando digo que disfrutaba, no es por decir una frase hecha,
es que realmente era así, me alegraba conversar con él, tomar un café, bromear,
etc. Siempre estaba de buen humor.
Ha
dejado un hueco que no se podrá llenar. Aún conservo su Whatsapp con los últimos
comentarios que cursamos justo la noche antes del accidente. Lo acabo de mirar
para recordar la fecha. Todavía me emociono.
Por
otro lado tengo que decir que también siento su presencia. Mi pequeño blog es
un ejemplo, él me animaba a publicar, colaboraba, incluso acababa de hacer su
último “parche” en recuerdo del BO-105CB a partir de un dibujo mío. Estas y
otras cosas me recuerdan a él.
Sé que estás ahí arriba, porque fuiste un gran trabajador, un gran padre de familia y una persona querida por todos. Un abrazo, hasta siempre paisano.
Muy emotivo artículo, los buenos y verdaderos amigos que no falten, aunque luego cuando faltan es un trago muy amargo
ResponderEliminarGracias por el comentario, una persona muy querida por todos.
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