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domingo, 18 de enero de 2009

Contrabando en el Mar, 1.974.

Reproduzco a continuación un interesante, y ya histórico, artículo sobre el Servicio Especial de Vigilancia Fiscal, antecedente directo del actual Servicio de Vigilancia Aduanera. Para una más fácil lectura lo he transcrito de formato fotográfico a texto, por lo que no guarda exactamente el orden con el que se publicó en su día. Igualmente he prescindido de alguna fotografía que no he considerado interesante.

Este documento procede de un artículo publicado a finales del año 1974 por la revista La Actualidad Española, con el título “Contrabando en el Mar”, firmado por sus enviados especiales José Antonio Valverde y Rogelio Leal, a los que mostramos nuestro reconocimiento por el citado reportaje.

El que pueda exponerse en este blog ha sido debido a la gentileza de Francisco Javier Alvarez Laita que lo guardaba en su extenso archivo de documentos náuticos.

Es una fortuna poder contar con la colaboración de una persona de la talla de Francisco Javier Alvarez Laita, especialista del más alto nivel en temas marítimos, por lo que desde esta página le expreso mi más sincero agradecimiento.






Los teletipos no dejan de dar noticia casi diaria de importantes alijos de contrabando aprehendidos por las fuerzas que se dedican a reprenderlo.


Para conocer a estos hombres y los sistemas que están utilizando en la represión del contrabando nos hemos desplazado hasta Algeciras y Málaga, los puntos negros de la Península. La semana pasada ofrecimos un primer reportaje sobre la lucha contra las drogas. En este segundo reportaje hablamos del resto del contrabando, especialmente el de tabaco, que adquiere dimensiones insospechadas en estos momentos. La lucha es constante y diaria. Los éxitos son numerosos, pero también los alijos que los contrabandistas siguen pasando.

Hemos salido a la mar en esta mañana de otoño, en una de las lanchas del Servicio Especial de Vigilancia Fiscal, del puerto de Algeciras. Vamos a bordo de la “Gerifalte”, en misión de reconocimiento. Generalmente, cuando la “Gerifalte” o cualquiera de las lanchas rápidas del Servicio, se hace a la mar, es persiguiendo algo en concreto, bien porque ha recibido una información confidencial desde el centro de operaciones en Madrid, o bien porque alguna sospecha local así lo ha aconsejado.

Diez hombres componen la dotación, y la mitad de ellos van armados. Cuando se hacen señales lejos del puerto para que la embarcación sospechosa pare sus motores y los hombres del Servicio puedan abordarles, en busca de ese alijo de contrabando que se está persiguiendo, no siempre la reacción es la misma. En ocasiones, estos hombres se han visto obligados a abrir fuego.





En la fotografía superior, la motolancha "L.V.R.-II" patrullando por la Bahía de Algeciras.


Hemos dado aviso a un pesquero para que pare. Y lo ha hecho. Los hombres del Servicio Especial de Vigilancia Fiscal lo han abordado, y después de comprobar que todo está en orden, han pedido disculpas y han regresado a bordo.

En el puerto de Málaga también embarcamos en una pequeña barcaza para seguir a distancia las operaciones de una de las lanchas más rápidas y mejor dotadas del Servicio: el “Albatros”. Sus hombres también inspeccionaron, como lo hacen reglamentariamente, a un yate que venía de cruzar todo el océano y de atravesar el estrecho. Tampoco encontramos nada a bordo. Pero el servicio, generalmente, es el mismo, y sólo la información veraz y oportuna pone sobre la pista de los más importantes alijos.

Lejos de la costa, fuera de las aguas jurisdiccionales, un barco de alto tonelaje se cruza con un pequeño pesquero o con una de las lanchas rápidas dedicadas al deporte o a cualquier pequeño servicio, y ante una señal convenida, y repitiendo una operación muy ensayada, que ha tenido lugar muchas veces, recibe parte de un importante alijo de tabaco.




En la imagen superios dos miembros del S.E.V.F. armados con sendos subfusiles Star Z-45.



Los grandes barcos, con importantes cargamentos, hace ya tiempo que no se arriesgan a ser atrapados por las fuerzas represivas del contrabando. Son los pequeños los que luego se acercan a la costa, y, valiéndose de mil artimañas, consiguen hacer penetrar el tabaco, que, una vez distribuido, dejará considerables beneficios.

A lo mejor no se trata de tabaco. Importantes alijos de whisky han entrado de la misma forma. Incluso recientemente se han aprehendido otro tipo muy diferente de alijos, como abrigos y pieles. También podía tratarse de otro paquete de pequeño tamaño con un contenido muy diferente, o joyas, o algo tan valioso como ellas: grifa. Entonces el procedimiento no siempre es el mismo. Pero el objetivo, sí: cruzar la vigilancia, llegar a su destino, salvando toda la barrera de los hombres que están dedicados a la represión de todo tipo de contrabando.

No tiene por qué ser necesariamente de noche, ni tiene por qué hacer frío. Ni siquiera que la Luna brille en lo alto, que esté en profunda penumbra todo. Tampoco hay por qué pintar un panorama sórdido, ni un ambiente casi tétrico. El mundo del contrabando tiene mil colores distintos.

En ocasiones se trata de una organización con poderes desmedidos y tiene una red tan tupida que lo oculta todo; en otras se trata de un sujeto sin escrúpulos, o de otro que ha ido en busca de fortuna, o incluso de alguien que tiene su pobre sistema de vida montado en torno al pequeño contrabando, no siempre lucrativo. Finalmente, también puede tratarse simplemente de un incauto, que, desconsideradamente, ha sido utilizado y que acaba pagando las culpas de algo que jamás ha cometido.

La represión del contrabando (especialmente en nuestro país) apenas tiene nada que ver con lo que hemos visto en cinematografía, ni lo que hemos leído en las novelas, creadoras siempre de una aventura sofisticada, puramente imaginativa, y de una espectacularidad que no existe.

Pero lo cierto es que, efectivamente, detrás de cada alijo aprehendido, o de cada intento de pasarlo, o de cada operación que acaba con éxito, cosa que es más frecuente de lo que se piensa, hay una historia para contar…





En la fotografía anterior, el patrullero "Albatros" en la Bahía de Málaga.


El tabaco y … lo demás.

Y en busca de esas historias hemos acudido. Hemos ido a los puntos más significados del país en esta lucha diaria y permanente contra el contrabando. Y hemos conocido a los hombres que están reprimiéndolo y sus sistemas. Y hemos presenciado registros…
- Aquí, dentro de este pan, podría muy bien ir escondida una importante cantidad de “cáñamo”.
Se llama “cáñamo” a las diversas variaciones que ofrece el cáñamo indio, como la grifa, el hashish o el kifi.
El pan era otro de los artículos que uno de los marroquíes que van con destino a Europa llevaba en su maleta. Era un pan blando, asqueroso y casi repugnante, que había cogido todos los olores de la ropa sucia, pero que, necesariamente, iba a servir para alimentar al emigrante durante los primeros días de su estancia en cualquier puerto o estación de Europa.
En el interior del pan no iba absolutamente nada.
- Los traficantes de drogas saben muy bien cuándo deben desistir de una determinada fórmula para pasar su mercancía. Sabemos que durante algún tiempo ha estado pasando la droga dentro de estos mismos panes; sin embargo en cuanto lo descubrimos, dejó de entrar la droga en estos panes.

Es una lucha permanente la que tienen establecida contrabandistas y agentes represores. Los primeros, empeñados en encontrar fórmulas nuevas para pasar el contrabando. Los segundos, para sorprenderles en el mayor número de ocasiones y evitar el fraude a la Hacienda.

Todos aquellos hombres con quienes hemos hablado han querido destacar una cosa especialmente: que nada tienen que ver el contrabando de artículos determinados con el tráfico de estupefacientes. Son dos mundos absolutamente distintos, tanto en la forma de llevarlo a cabo como en las maneras de represión. También es diferente la tipología de unos contrabandistas y otros.
- Generalmente – me decía el jefe provincial del Servicio Especial de Vigilancia Fiscal de Algeciras -, al contrabandista profesional le repugna traficar con droga.

Y hay que establecer una diferencia más a la hora de querer conocer e interpretar el problema del contrabando en España. Por un lado, está el contrabando de tabaco, que alcanza unas cifras considerables, y por otro, el resto del contrabando.





En la foto de arriba, una vista de la M/L "L.V.R.-II".


La fuerzas que luchan contra el contrabando.

En ocasiones, las fuerzas represoras han querido replantear la organización de los servicios para llevar a cabo una operación más conjunta, y así hacer más eficaz su labor. Parece ser que la solución ideal de que un solo servicio aglutinara todas las formas de represión del contrabando es algo de lo que hay que desistir ya.

En España son cuatro los organismos que tienen actividades represivas frente a todo cuanto quiere cruzar los puertos y fronteras del país. Por una parte, la Dirección General de Aduanas, que actúa como organismo coordinador; por otra, la Guardia Civil; en tercer lugar, el Servicio Especial de Vigilancia Fiscal, y por último, la Brigada Central de Estupefacientes, de la Dirección General de seguridad.

Cada uno de estos cuerpos tiene un cometido determinado, pero todos se aúnan para rechazar el fraude, para impedir que contrabandistas y traficantes consigan introducir su mercancía, sea de la forma que sea, con el apoyo de una organización poderosa o por iniciativa de un sujeto anónimo, profesional o “amateur”.




El patrullero "Albatros" se apresta a reconocer un velero en las proximidades del puerto de Málaga.


- Los dos factores más importantes para combatir el fraude aduanero son la información y la coordinación.
Es lo que me decía el Inspector General del Servicio Especial de Vigilancia Fiscal, uno de los organismos que, año tras año, ha venido consiguiendo el mayor número de aprehensiones, por importancia, de los alijos.

Sólo a base de información puede llevarse a cabo la operación de más éxito, con la aprehensión de alijos considerables, cuyo valor asciende a cuantiosos millones de pesetas, y, a la vez, llegar a las cabezas de las organizaciones. Quienes se dedican a la represión saben que el contrabando nunca será eliminado, como saben que detrás de cada detención se quedan siempre a la sombra aquellos elementos que por su peso, por su poder omnímodo, difícilmente caerán en manos de la justicia.

Gracias a los sistemas de información, a la persecución que durante un largo mes han dedicado los hombres del Servicio especial de Vigilancia Fiscal sobre una importante organización contrabandista, estos días ha sido aprehendido un importante alijo de tabaco en la Isla de Menoría.





La "L.V.R.-II" reconociendo un bote de pesca.


Cayeron en la trampa.

Las circunstancias en que se desarrollado esta aprehensión son muy típicas. El Servicio especial de Vigilancia Fiscal había recibido una comunicación en su centro de información de Madrid. Inmediatamente, varios agentes del Servicio se pusieron en movimiento, desplazándose a la isla. Los hombres que el Servicio tiene destacados en la isla apenas demostraron mayor movimiento, con el fin de no levantar sospechas en los contrabandistas, ya que generalmente están bien conectados y también se mueven con información.

Durante días, los hombres desplazados desde Madrid, en el extremo opuesto de donde tenía lugar la operación, levantaron su cuartel general. Luego, en servicios permanentes e ininterrumpidos de más de veinte horas, siguieron, a través de radio y otros sistemas todos los movimientos de los contrabandistas. Se sospechaba de una embarcación de las llamadas golondrinas, dedicada a pasear a los turistas. Desde los primeros días, la embarcación estuvo permanentemente localizada; sin embargo, la operación tenía que ser esta vez completa y debían ser atrapados los “cabecillas”, evitando todo riesgo también de perder la mercancía.

Al cabo de casi el mes llegó el momento preciso para la aprehensión. Y una de las lanchas del Servicio especial de Vigilancia Fiscal, el “Aguilucho”, se puso sigilosamente en movimiento, saliendo del puerto en busca de la golondrina, que acababa de alijar su mercancía de un barco nodriza en alta mar, y posteriormente se había dirigido a una cala, donde desembarcaba el alijo, que inmediatamente era distribuido en varios automóviles que cruzaban el interior del país.
- Generalmente- me decían en Algeciras-, cuando una de estas embarcaciones, con su alijo más o menos importante, es atrapada en alta mar, dentro o fuera de las aguas jurisdiccionales, lo que hacen es abandonar la mercancía, perdiendo todo su valor tirándola al agua. Esto es muy frecuente, y en ocasiones, aunque sabemos que llevaban contrabando, no podemos tomar ninguna medida contra ellos.

Ahora ha sido diferente. Los hombres del Servicio supieron llegar hasta el final, aguardando y siguiendo cada uno de los movimientos. De esta forma, llegaron en el momento oportuno a la finca “Noria Pintoufas” donde la golondrina “Don Pancho” acababa de alijar quinientas calas de tabaco rubio, y donde tres automóviles estaban ya preparados para llevarse la mercancía por carretera. El cargamento iba disimulado en cajas de zapatos. El valor del tabaco aprehendido se calcula en unos cinco millones de pesetas. La operación había resultado redonda.

A puerto volvió la lancha del Servicio especial de Vigilancia Fiscal con los cinco responsables de la operación, que ya han ingresado en prisión. La embarcación “Don Pancho” y los tres vehículos también quedaron en poder de las autoridades. Pero no siempre una operación semejante se corona con éxito.





El patrullero "Albatros" visto por la popa.


Otra aprehensión de nueve millones.

En contrapartida, también hay que decir que en ocasiones el éxito puede ser aún más completo, como ha sido el caso reciente de la aprehensión del barco griego “Danielle Delta”, aprehendido en los meses de verano.

En este caso, la colaboración entre el Servicio especial de Vigilancia Fiscal y la Guardia di Finanza italiana dio como resultado esta importante aprehensión. El “Danielle Delta” es un buque de 367 toneladas, con cuarenta y nueve metros de eslora. Desde hacía meses se venía sospechando de él. En el Mediterráneo alijaba a las embarcaciones pequeñas que eran españolas, y alguna fue también aprehendida a tiempo. Sin embargo, lo que de verdad importaba era llegar hasta el buque griego, que abastecía con importantes cantidades de tabaco diferentes pesqueros.

Las primeras aprehensiones tuvieron lugar en el mes de junio. Y fue en las primeras horas del 7 de julio cuando el barco patrullero “Albatros-III”, del Servicio especial de Vigilancia Fiscal lo avistó en la costa nordeste de la isla de Ibiza. Estaba con sus máquinas paradas y navegando a muy poca velocidad, posiblemente en espera de que uno de los pesqueros que iban a recoger la mercancía se aproximara hasta él. Tan pronto como el buque griego advirtió la presencia del “Albatros-III”, hizo intención de huir, pero la imposibilidad de darse a la fuga, ante las reglamentarias señales de parada de la lancha del Servicio, hizo también que el capitán obedeciera, sin ofrecer más resistencia. En aquellos momentos, la organización internacional, que había alijado ya millares de cajas de tabaco en los meses anteriores, sufría un duro golpe. Cuando parte de la tripulación de la lancha oficial “Albatros-III” subía a bordo del “Danielle Delta” pudieron comprobar, efectivamente, que todo el cargamento que llevaba era tabaco rubio. Todavía en la navegación hacia Palma de Mallorca los marineros introdujeron agua en los tanques de combustible, con intención de entorpecer de alguna manera la labor de los hombres del Servicio, pero no fue inconveniente, ya que fueron remolcados hasta puerto.

El patrullero "Albatros".

Cuando se recontaron las cajas, se obtuvo un resultado de más de un millón de cajetillas de tabaco “Dunhill”, “H&B”, “Benson”, “Malboro” y “Winston”. La valoración oficial fue de veinticinco millones y medio de pesetas.

Dos meses después, también en Menorca, era aprehendido otro motovelero griego, el “Panoutsos”, con un alijo de 1.094 cajas de tabaco, con un valor de nueve millones trescientas mil pesetas.

Pero se trata de servicios aislados de una gran importancia. Quiere decirse que en estos momentos, hablar de estas aprehensiones tan considerables de las fuerzas represoras del contrabando, de alguna manera puede confundir al lector.

Las cantidades de tabaco que aún están pasando son considerables. Las fórmulas no siempre son las mismas. Otros servicios, como el de Aduanas, o como la Guardia Civil, también tienen éxitos tan espectaculares, lo que no es inconveniente para decir que en estos últimos meses ha aumentado considerablemente el contrabando de tabaco, debido precisamente al aumento de los precios.



Tripulantes del "Albatros" cubren el cañón de 20 mm.

Joyas, lubricantes y abrigos de piel.

- Los artículos de contrabando son circunstanciales, y están en relación con las mayores o menores necesidades del país. A medida que aumenta el riesgo, aumenta también el beneficio de los contrabandistas; por eso los estímulos son siempre permanentes.

Después del tabaco, otro de los artículos típicos de contrabando es el café. Pero no se pueden establecer escalas definitivas, puesto que las cantidades aprehendidas (que es la única medida) siempre son oscilantes. Hay que tener en cuenta además que se introduce un determinado contrabando, que, si no es aprehendido, apenas se tiene noticia de él.

Últimamente han sido frecuentes también las aprehensiones de joyas, una partida importante de abrigos de piel, productos químicos, pañuelos y otras sedas y otros artículos de vestir. El aumento de las aprehensiones de lubricantes y carburantes también ha sido considerable, así como el fraude de moneda también ha experimentado un importante incremento.

En el año 1973, las cifras totales del valor de las diferentes aprehensiones efectuadas por los servicios de Aduanas, de la Guardia Civil y del Servicio Especial de Vigilancia Fiscal ascendieron a un total de cuatrocientos sesenta millones de pesetas.

Generalmente, en la calle, cuando se habla de contrabando, se interpreta también como tal lo que en los medios represivos es considerado solamente como parte de la “picaresca”. Es el caso de los miles de turistas españoles y extranjeros que diariamente pasan por las aduanas españolas pasando lo que está establecido como norma y, generalmente, algo más. Se trata de ese cartón de tabaco permitido, que a veces se duplica o triplica, y de esas botellas de whisky que también se permiten por unidad.

Y a la vez, el tipo de aparatos, como cámaras fotográficas, magnetofones o relojes, que los pasajeros tratan de pasar como de uso propio y adquiridos en comercios nacionales, con el consiguiente pago de impuestos.




Dos mecánicos revisan uno de los motores posiblemente de la "L.V.R.-II".
- Eso, individualmente, apenas tiene valor; pero si multiplicamos la cantidad de pasajeros que diariamente cruzan una aduana, ya nos salen cantidades considerables. Por ejemplo, si por la aduana de Algeciras pasan diariamente tres mil personas, ya son tres mil cartones de tabaco y tres mil botellas. Si a la vez multiplicamos por el resto de aduanas…las cifras son de cierta consideración.

Y enmascarado como pasajero, como simple turista, también está el contrabandista profesional, que lleva dedicándose a ello durante mucho tiempo.

Sin embargo, lo que importa a la Hacienda Pública, lo que realmente persiguen con ardor las fuerzas represoras del contrabando, son los alijos importantes, que son distribuidos por poderosas organizaciones, y el paso de las drogas, que está mostrando un considerable aumento en nuestro país desde hace solamente dos años.




Imagen del Centro de Comunicaciones de Madrid.



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