No es intención del autor de este
blog, como ya he manifestado en otras ocasiones, la de llevar un control
exhaustivo de todas las intervenciones realizadas por el Servicio de Vigilancia
Aduanera, si no la de profundizar en el conocimiento de la, tan larga como
olvidada, historia del Resguardo de Hacienda.
Afortunadamente tengo la ayuda de
algunos compañeros sensibilizados en dar a conocer su trabajo del día a día. Ellos
son en realidad los que con su entrega escriben también jornada a jornada,
página a página, la historia del SVA.
Por esto me complace dar cuenta
de una operación llevada a cabo en las playas de la localidad malagueña de
Estepona durante el pasado mes de Julio, y publicar unas fotos que me ha
enviado mi estimado amigo Fernando. La intervención se llevó a cabo con los
compañeros del Cuerpo Nacional de Policía, con los que siempre es un placer
trabajar.
Se incautó una pequeña
embarcación neumática, numerosos fardos de resina de hachís y se detuvo una
organización dedicada a esta lacra cual es el tráfico de drogas.
Tomo como excusa esta operación
para explicar al gran público como se llevan a cabo este tipo de actuaciones,
para que a la hora ejercitar ese deporte nacional que es el acoso y derribo del
funcionario, conozcan mejor las dehesas en las que nos movemos.
Hace años visitaba el bellísimo
monasterio de La Rábida en Huelva, sí aquel donde se fraguó el descubrimiento
de América. Mientras esperaba a mi viejo amigo fray Lucas, me distraía mirando
objetos y cuadros. Algunas de las pinturas parecían muy antiguas, y poco más
podría decir de ellas ya que desconocía los personajes que en ellas figuraban y
los lugares que se representaban.
No se imaginan ustedes lo que
puede esconder un cuadro, y por el contrario lo que puede mostrar cuando una
persona como mi buen amigo el padre franciscano Lucas te hace después de guía. Hay
cuadros que te hablan, que a través de miradas o gestos de los personajes. Contienen
muchos datos como escudos, animales, objetos, símbolos, que muchas veces
pasamos por alto por desconocer su significado.
Es por esto que, si ustedes me
dejan, les quiero servir de guía a las personas que solo ven una bella imagen
en la fotografía anterior.
El Dauphin del Servicio de
Vigilancia Aduanera (para nosotros “Argos”) que se ha posado en la orilla del
mar, ha llegado allí tras el seguimiento de una embarcación neumática, que Dios
sabe qué tiempo venía siguiendo. A veces si la cosa se prolonga debe ir a
repostar y volver a toda prisa para localizar de nuevo una embarcación sospechosa.
Detectar por radar una neumática
no es tarea fácil. Localizarla visualmente tampoco, pues obviamente estas
embarcaciones navegan generalmente de noche y a oscuras. El FLIR es una gran
ayuda, pero te acaba quemando la vista.
En el momento en que la embarcación
contrabandista llega a costa, toca a intervenir. Y con la máxima rapidez, para
evitar que la lancha y sus tripulantes se den a la fuga.
Se imaginan ustedes que aterrizar
en una playa de noche no está al alcance de todos, si no reservado a personal
experto. Cualquier poste, cable, etc. que pase desapercibido en la zona, puede
tener consecuencias fatales.
Es obvio que luego no debemos
meter nuestro aparato en el agua, tampoco muy hacia tierra: más probabilidad de
postes, árboles, y cables. También cuanto más al interior la arena está más
seca, y existe el peligro de que esta acabe en nuestras turbinas, y nuestro
helicóptero destrozado.
Pregunten a los americanos lo que
es una ingestión de arena en la turbina de un helicóptero. Este simple hecho
dio al traste hace años con una costosa operación de rescate de los rehenes de
la embajada de los EEUU en Teherán.
Observen la rueda de estribor del
aparato semi-hundida en la arena. El Dauphin pesa lo suyo, y en estos casos creo
que se echa de menos un pequeño “volquete” BO-105 con patines.
Noten además que uno de los
pilotos permanece a bordo, y el rotor está girando. En esa estrecha franja de
terreno la aeronave está expuesta a recibir una ola que le entierre la rueda de
babor, o se le hunda la de estribor en el cascajo. Ni que decir tiene que una
escora excesiva del helicóptero traería muchos problemas. Entre el fuego y la
sartén.
Mi amigo Fernando, observador de
vuelo, y una persona enamorada de su trabajo como nadie. Los observadores de
vuelo, coordinados íntimamente con los pilotos, se encargan de localizar y
seguir los blancos, aconsejar rumbos y coordinar las operaciones navales. A la
hora de la intervención, detienen a los contrabandistas, recuperan fardos, y
con frecuencia como podemos ver en las fotografías que siguen, incluso deben
reflotar las embarcaciones. Esto es España, mientras los Pujoles y demás
políticos y sindicalistas nos roban, hay funcionarios que se dejan la salud por
un modesto sueldo. Y encima aman su trabajo, y lucen con orgullo en su uniforme
la bandera roja y gualda.
Esta vez la embarcación es
pequeña, y la cantidad de droga intervenida no es muy importante, esta operación
apenas saldrá en las noticias. Pero el trabajo que ocasiona es el mismo.
Los fardos de droga suelen pesar
sobre 30 kilos. Fernando ha cargado ya con miles de ellos. Su espalda se lo
recordará algún día.
Reflotar una embarcación cuesta
lo suyo. En esta ocasión es pequeña, el estado de la mar es bueno y estamos en
julio. No les quiero decir nada cuando la neumática es de las grandes, rompe la
mar en la playa y reina el invierno. Mi reconocimiento compañeros.
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